Aprendizajes del confinamiento en casa

Luego de 3 meses de confinamiento en casa, he decidido hacer un balance de los aprendizajes que he podido extraer de amigos y familiares que han convivido la cuarentena con sus hijos e hijas y que creo que pueden ser una magnifica práctica para mantener, incluso después que todo esto pase.


Quizás en este punto crea que peco de positivista, sin embargo, ya en otras entregas he abordado algunos temas menos amables y que han surgido durante la cuarentena… por ejemplo, esa incapacidad para evitar comer en exceso ciento tipo de alimentos o incluso como nuestro comportamiento pueden estar permeando en el aprendizaje de hábitos de los más pequeños de la casa.

Comer en familia es sin lugar a dudas, una de las experiencias “novedosas” de la dinámica familiar. Para muchos chicos, quizás esta sea la primera vez que tienen oportunidad de compartir con sus padres y otros adultos influenciadores (con quienes están conviviendo) alrededor de la mesa y de acuerdo con algunas investigaciones, comer en familia ayuda a los niños a tener una mejor autoestima, más éxito en la escuela y un menor riesgo de depresión y trastornos de alimentación. 

Sé que en este momento, no todas las familias tienen suficiente solvencia para mantener espacios nutritivos de aprendizaje alrededor de la mesa, con mucho respeto, comparto un enfoque que puede ser distinto para ti en este momento y aún así,  puede ser clave para cambiar la percepción de lo que se escapa de tu control.

No tienen por qué ser comidas muy abundantes, créame que hasta una merienda hecha con consciencia y atención, puede marcar la diferencia.

Dado que no hemos podido movilizarnos de la manera acostumbrada, nos ha tocado hacer las compras en los establecimiento mas cercanos a nuestro lugar de residencia (o donde te haya tocado pasar la cuarentena) Esta tendencia de comer “local” ya la abordé de cierta manera en este artículo y en este período se ha hecho una necesidad. Ya algunos autores han abordado el tema de los abastos y tiendas de abarrotes, como una muestra de gratitud de su labor y el impacto que han tenido para sostener tantos dias de encierro.

Asimismo y en atención a la necesidad de optimizar los recursos, la cocina de aprovechamiento ha tenido una oportuna renovación en nuestras casas. Darle una segunda oportunidad a las sobras es una manera no sólo de ahorrar, sino también de contribuir con el medioambiente, atendiendo a las estadísticas que indican que los hogares son de los principales responsables del desperdicio alimentario en el mundo por increíble que parezca).

De hecho, otra cosa que ha sucedido es que ahora la gente esta cocinando más.. y se que para algunos ha sido todo un proceso, donde sus creencias limitantes han aflorado y les han generados sensaciones de malestar y disgusto. Sin embargo, me he encontrado con familias que han aprendido a disfrutar el momento de preparar los alimentos y se han abierto a la posibilidad de incorporar a los chicos (atendiendo su edad y posibilidades) al proceso de elaboración de sus comidas. Esta, es sin lugar a dudas una muy buena técnica para ayudar a los comedores más exigentes, a intentar probar alimentos nuevos. Así que el balance para ellos ha sido positivo.

Otra cosa que ha pasado durante estos días, es que hemos tenido que reorganizar lo que compramos, dando prioridad a aquellos alimentos con un tiempo de vida útil mas largo. Asi que las leguminosas (granos) han tenido cierta notoriedad por esos días. De hecho, el movimiento Lunes sin Carne, se ha hecho más popular por estos días, pues muchas familias se han visto en la necesidad de buscar recetas con estos ingredientes, que quizás por desconocimiento, falta de tiempo e incluso factores socioculturales no son habituales en la despensa y en la mesa. 

Comer es una de las formas más básicas de cuidarnos, y las interrupciones en las rutinas de alimentos y actividades hacen que las personas reconsideren cómo definen el bienestar.

Muchas de las personas que toman sesiones de Food Coaching conmigo, están comenzando a indagar cómo es su relación actual con la comida y con sus cuerpos. Son espacios de reflexión muy profunda, en el que están creando planes para la “nueva normalidad” que incluyen la autocompasión como una práctica diaria y el respeto por su cuerpo. Para algunos ha resultado beneficioso incluir meditaciones diarias cortas, que la investigación sugiere que mejora en muchos aspectos en bienestar y la autoestima. Y cuando logras hacerlo una rutina en sus vidas, impactan de manera significativa a los más pequeños de la casa, así que ese “pequeño gran movimiento” puede hacer una gran diferencia.

Una de las cosas más importantes que espero que la gente mantenga después de la pandemia es una mayor amistad hacia ellos y a su relación con la comida.

Hoy quiero invitarte a mirar cuáles han sido los cambios más significativos que has podido experimentar durante estos días, elegir cuales se pueden quedar contigo y abrir nuevas oportunidades de crecimiento y expansión de tu potencial. Hagamos que esta pausa valga la pena, los que se fueron con esta pandemia lo merecen. 

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