Posiblemente el título de este
post le genere ruido… y esa es mi intención, pues aún cuando no lo esté
haciendo conscientemente, es muy posible que usted esté sometiendo a su
organismo a una dieta que tarde o temprano pueden causar enfermedades como
Diabetes y/o hipertensión.
Para el 2008 la OMS publicó entre
sus estadísticas que 1500 millones de adultos mayores de 20 años padecían de
sobrepeso y de ese número, 500 millones eran obesos… la nueva pandemia mundial!
Para muchos esto es un problema
de países desarrollados, pero sólo basta con pararse en el medio de la calle y
ver pasar a la gente…. 3 de cada 5 tienen sobrepeso y si son mujeres puede ser
4 de cada 5… es una realidad que nos pega tan duro que no queremos reconocer
que está a nuestro lado, respirándonos en la nuca como esperando que caigamos
también.
La verdad es que somos
extremadamente sedentarios y comemos más calorías que las que somos capaces de
quemar durante el día. Pasamos 8 horas frente al computador cuando estamos en
la oficina y luego 2 horas frente al volante para llegar a casa! Cansados y de
mal humor, nos arrastramos a la cama para arrullarnos con la TV y mal dormir
hasta el día siguiente cuando se repite la misma rutina sin parar y así pretendemos
comer como cuando éramos estudiantes!!!
En este momento lo invito a
realizar un ejercicio: Revise su rutina desde que se despierta hasta que se
acuesta y responda las siguientes preguntas:
1. ¿Cuántas
horas dormí?
2. ¿Desayuno
antes de salir de casa?
3. ¿Realizo
pausas durante mi jornada laboral? ¿Cuántas y de cuánto tiempo?
4. ¿Respeto
mi hora de almuerzo?
5. ¿Hago
algún tipo de actividad física durante el día? ¿Cuánto tiempo?
Si duerme entre 6 y 8 horas,
desayuna 30 minutos después de despertarse, hacer pausas cada 45 minutos
durante su jornada laboral para ir al baño, tomar agua y estirarse, si come
siempre a la misma hora alimentos variados y realiza al menos 30 minutos de
actividad física… LO FELICITO!!!
Si por el contrario sus
respuestas no se acercan al patrón anterior, entonces ha llegado la hora de
“darse cuenta” que su cuerpo necesita atención y que usted es el único capaz de
hacer algo “diferente” y mejorar su calidad de vida.
Hay cosas que no podemos cambiar,
como por ejemplo el largo tiempo que debemos pasar en las interminables colas
de la ciudad. Sin embargo, reordenando nuestras rutinas podemos decidir ir al
gimnasio o a practicar cualquier rutina de ejercicios en alguna plaza cercana
para esperar que pase la “hora pico”, podemos cambiar el curso de las cosas de
manera contundente.
De igual forma usted puede
decidir agregar menos cucharadas de azúcar al café, prescindir del salero en la
mesa, no saltarse las comidas, hacer meriendas entre las comidas fuertes,
incorporar más vegetales y disminuir las frituras, preparar la comida en casa y
dejar de comer en la calle. Todo está en usted y en su capacidad para decidir
hacer un “cambio” en su vida… piénselo, su cuerpo lo agradecerá.