Este
particular producto de la naturaleza es considerado un pseudocereal, porque
aunque botánicamente no son gramíneas
como los cereales, poseen un alto contenido de almidón.
Es
un producto milenario con más de 10 variedades, cultivado por los Incas hace
más de 7000 años, que prácticamente desapareció de las costumbres gastronómicas
de la región cuando la iglesia la prohibió en su intento por erradicar las
costumbres paganas. Junto al Amaranto y la Chia, la quinoa era de las más
preciadas ofrendas a los dioses paganos en la era precolombina.
No
obstante, su resistencia a cambios climáticos la hizo prevalecer aún con la
prohibición y hoy en día resurge gracias a sus propiedades nutritivas y
funcionales.
La
Quinoa posee entre 16 y 20% de su peso en proteína de alto valor biológico
(contiene todos los aminoácidos esenciales) lo que le confiere insuperables
propiedades terapéuticas. 100 g de Quinoa, posee 5 veces más Lisina que la
misma cantidad de trigo y más del doble de Isoleucina, valina, metionina,
arginina, treonina y fenilalanina. La Lisina (el aminoácido más abundante en su
composición) contribuye a la formación de anticuerpos por lo que mejora
sustancialmente el sistema inmunitario, haciéndolo ideal para comunidades
vulnerables como niños, ancianos y personas enfermas.
De
igual forma, favorece las funciones gástricas y al no contener gluten puede ser
consumido por celíacos y alérgicos al trigo y otros cereales. Otro de los
beneficios de este alimento debido a su alto contenido de aminoácidos es su
participación en la regeneración celular, mejora los trastornos
neuromusculares, ayuda a prevenir
el daño hepático, facilita la absorción de nutrientes y junto a la vitamina C
ayuda a prevenir la metástasis cancerígena.
Por
si fuera poco, la quinoa es rica en vitaminas del complejo B y tiene un alto
contenido de micronutrientes como Fosforo, Potasio, Magnesio y Calcio,
esenciales para el buen desarrollo de las funciones cerebrales.
Por
otro lado, su alto contenido de carbohidratos complejos la hace una rica fuente
de energía de bajo índice glicémico, lo que resulta apropiado para regímenes de
carbohidratos específicos y diabéticos. Su alto contenido de fibra dietética
ayuda a regular las evacuaciones, a mantener la flora microbiana en buen
estado, y lo mejor de todo es que prolonga la sensación de llenura después de
comer, generando un estado de saciedad muy favorable para quienes están
tratando de cambiar sus hábitos de alimentación.
Seguro
que en este momento quiere salir a comprar unos gramos de Quinoa y prepararla.
De antemano les comento que no es fácil de conseguir, así que deben buscarla
con persistencia y disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.
Como
la mayoría la prepara por primera vez, les puedo comentar que se prepara casi
igual que el arroz pero en mucho menos tiempo. A continuación les comparto
algunos tips para prepararla y una deliciosa receta para que se inicien en este
maravilloso pseudocereal olvidado que hoy compartimos como superalimento.
Salud!!!
Preparación básica de la Quinoa (Quinua)
Lo
primero que debe tener en cuenta es que debe lavarse antes de cocinar para
eliminar la saponina que contiene. Para ello se enjuaga unos segundos
bajo el chorro de agua fría, alli verán como se forma una “espuma” parecida al
jabón, esto es normal y se debe a las saponinas de las que les comenté
anteriormente. Evite dejarla en remojo, esto en lugar de eliminar la saponina
la fija más a la superficie y no lograremos eliminarla.
Para
cocinar, debes utilizar tres partes de agua o caldo por una parte de grano. a fuego medio durante unos 15
minutos, o hasta que el grano se convierte en transparente. Buscamos que
quede al dente, de la misma manera
que con la pasta. Lo mejor es que según vayas probando, cocinarla hasta que la
encuentres de tu agrado. El tiempo perfecto de cocción se alcanza cuando cada
grano de quinoa ha doblado su volumen y libera su germen blanco.
La
quinoa también puede preparar al vapor durante unos 20 minutos.
Si
lo prefieres puedes tostar los granos en una sartén antes de cocinarlos para
darles un ligero sabor similar a las nueces.
Receta de ensalada de quinoa con peras, espinacas y garbanzos
Ingredientes:
1 taza de quinoa
2 puñados de hojas de espinaca, lavadas y escurridas
1 pera madura grande, lavada, sin tallo y sin semillas, cortada en trozos
1/2 taza garbanzos refrigerados, enjuagados, escurridos
2 cucharadas de perejil fresco picado
Sal marina y pimienta recién molida, al gusto
Un puñado de nueces,
Para el aderezo vinagreta de arce:
4 cucharadas de aceite extra virgen de oliva
3 cucharadas de vinagre balsámico de oro
2 cucharadas de jarabe de arce puro
Instrucciones:
Colocar la quinoa en una olla o una olla de arroz. Agregue 2 tazas de agua
Agregue la espinaca, pera, los garbanzos y el perejil picado a la quinua.
Mezcle el vinagre, se vierte sobre la ensalada de quinua y mezcle suavemente para cubrir. Sazone al gusto con sal marina y pimienta molida.
Justo antes de servir, agregue las nueces tostadas!
Rinde cuatro porciones de platos principales, seis porciones de guarnición.
Fuente:
Gluten-Free Goddess
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