No existen fundamentos científicos que avalen las dietas anti-cáncer. Es una realidad y necesitamos aprender a manejarnos con eso. Aunque nos mueva el piso y nos deje navegando el mar de la incertidumbre. Toda promesa de "cura" asociada con algún tipo de dieta, se basa en medias verdades, muchas veces manipuladas para fundamentar el contexto... y vender literalmente una falsa promesa.
Si bien es cierto que hay algunos estudios que revelan el poder preventivo de algunos alimentos (pe. Cúrcuma, Brocoli, Te, entre otros) la verdad es que aún no podemos establecer una relación causal directa, es decir que no es posible afirmar que si usted basa su dieta en productos con potencial #anticancer usted no va a contraer la enfermedad, eso me gustaría poder asegurarlo, pero en este momento y con la evidencia que tenemos disponible… no es posible hacerlo de manera responsable. Lo que si puedes hacer es disminuir los factores de riesgo y con ello, disminuir la probabilidad.
La ciencia basada en la evidencia si ha podido explorar cuantificar que, al ajustar los estilos de alimentación, dando preferencia a una alimentación variada que incluya todo los grupos de alimentos, actividad física periódica y disminuyendo los niveles de estrés cotidiano, entonces se disminuye la incidencia de casos, por lo que se puede inferir que hay un ligero asomo preventivo, pero de nuevo: no hay relación causal directa.
La dieta mediterránea, una de las más estudiadas (de manera formal) ha brindado excelentes resultados preliminares que hacen sospechar que en efecto la alimentación es u componente clave en la prevención no sólo del cáncer, sino de otras enfermedades como las afecciones cardiometabólicas. No obstante, ningún estudio ha podido establecer una relación lineal y directa, así que aún cuando existe un buen pronóstico, no es conclusivo.
Con esto no quiero desmotivarlo a continuar su proceso de hacer cambios que promuevan la adopción de mejores estilos de alimentación, el hecho de no poder encontrar una relación causal con el cancer, no quiere decir que nos abandonemos a comer lo que sea, pues como dicen popularmente “de algo hay que morir” lo tengo clarísimo, la única certeza que tenemos es que en algún momento dejaremos este cuerpo en el que habitamos hoy, pero para mi, el estado ideal es de balance y salud mientras esté viva, así que para hacer que mis próximos años sean prósperos y me permitan hacer todo lo que tengo en plan, abogo por una alimentación que resuene conmigo y mi deseo de estar bien.
Esto tampoco desmotiva a los investigadores que continúan trabajando arduamente por encontrar alternativas que verdaderamente nos permitan prevenir al 100% la posibilidad de contraer algo tipo de cáncer. De nuevo, la idea de este artículo, es centrarme en la evidencia real que tenemos disponible, pues tristemente hay una industria muy lucrativa que a cuenta de la esperanza de muchas personas que como tu o como yo, queremos mantenernos libres de todo riesgo a contraer algún tipo de cáncer, promueven algo que no es real: no hay dieta anti-cáncer, por el momento sólo podemos hacer prevención y las estadísticas no pasan de entre 30 y 40%.
De hecho, si presta atención a las conclusiones de las referencias científicas publicadas en revistas indexadas como esta y esta, se dará cuenta que jamás se habla de “cura” o de “eliminación” sólo se usa el término “prevención” pues eso es lo único que hasta ahora podemos asegurar. Incluso la Escuela de Salud Pública de Harvard insiste en que el vínculo entre cáncer y alimentación es asociativo.
Cualquier propuesta que sugiera que curará el cáncer, no es real. Asi lo asegura José Miguel Mulet, catedrático de la Universidad de Valencia en el blog Mejor sin cáncer: ¿qué alimento ha demostrado ser anticancerígeno? La respuesta es: «ninguno». Una buena dieta es un factor de prevención (no una terapia) para determinados tipos de cáncer. Y la ciencia solo hace afirmaciones cuando lo ha demostrado, mientras tanto solo son hipótesis.
Tampoco hay evidencia real que cierto tipos de dieta curan el cáncer. Algunas personas aseguran que dietas como la alcalina cura el cáncer, pero lamentablemente su basamento carece de sentido fisiológico (pero eso no se lo explican por suspuesto) pues la alimentación no interviene en la regulación del pH de la sangre, así que los zumos de limón y el bicarbonato no tienen efecto alguno sobre la curación.
Hoy, Dia mundial del cáncer quiero ser muy enfática al decir que ante la incertidumbre que representa una enfermedad de la que aún no conocemos con detalle una cura (más allá de su diagnóstico temprano y tratamiento) lo primero que necesitamos hacer es mantener la calma y actuar con la mayor responsabilidad.
Un plan de alimentación variado, que incluya alimentos de todos los grupos, que pueda ser ingerida con atención, mantendrá a nuestro sistema de defensa en mejor condición para prevenir e incluso para defendernos de las enfermedades, lo que evitará el estrés generado en nuestras células. Si nuestras células están menos estresadas, la enfermedad estará alejada.
Si usted ha recibido un diagnóstico de #cancer y está bajo tratamiento, sígalo al pie de la letra, confíe en la capacidad que tiene su cuerpo (y sus células) para sanar. Le envío un fuerte abrazo a usted y a su familia, pilar fundamental en su proceso de sanación.
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