Cada 27 de mayo, se conmemora en varios países –entre ellos Venezuela- el Día Internacional de las Enfermedades Inflamatorias del Intestino (EII), con el objeto de difundir información y obtener una mejor calidad de vida para sus pacientes. Síntomas como dolor abdominal, fiebre, fatiga, diarrea, acompañan a las EII, caracterizadas por la inflamación del tracto intestinal.
Se
presenta como Enfermedad de Crohn o como Colitis
Ulcerosa. En el primer caso puede afectar a cualquier zona del intestino,
mientras que en el segundo, sólo afecta a la mucosa del colon. Ambas son de origen
desconocido, aunque sí se sabe que existe una predisposición genética y
probablemente un factor infeccioso (bacterias o virus). Se trata de una
enfermedad inflamatoria y autoinmune, es decir, el cuerpo se ataca a sí mismo
por un error en el funcionamiento de los glóbulos blancos.
En virtud de la naturaleza de
ambas enfermedades, resulta obvio pensar que las personas que lo padecen, sufran
desequilibrios nutricionales negativos que conllevan rápidamente a la
desnutrición, por lo que el paciente debe prestar especial atención a su plan
de alimentación.
Los cuadros de desnutrición se
producen básicamente por 4 factores:
1.Disminución
en el consumo de alimentos: Muchas personas con EII dejan de consumir algunos
alimentos porque le producen síntomas indeseables.
2.Pobre
asimilación de los nutrientes: En virtud del daño en el intestino delgado,
muchos nutrientes dejan de ser absorbidos
durante el proceso de digestión, generando deficiencias importantes en
micronutrientes como Hierro y Vitamina B12.
3.Pérdida
de nutrientes: A causa de la inflamación o por la aparición de ulceraciones, el
paciente pierde muchos de los nutrientes ingeridos a través de las diarreas
frecuentes y el sangrado.
4.Consumo
elevado de calorías: Debido a la inflamación casi crónica del intestino, el
cuerpo consume un exceso de calorías para manejar la situación, por lo que si
el plan de alimentación es deficiente en términos calóricos, se obliga a
trabajar al organismo en situación de emergencia, esto es, echando mano a las
reservas de grasa del cuerpo.
Las principales metas terapéuticas del soporte nutricional en la EII incluyen la corrección de las deficiencias de micro y macro nutrientes, suministrar las calorías y proteínas adecuadas para mantener un balance nitrogenado positivo y promover así la cicatrización de la mucosa, la recuperación del crecimiento y la maduración sexual normal. En la Colitis Ulcerosa el tratamiento nutricional es básicamente de soporte, mientras que en la Enfermedad de Crohn tiene doble utilidad: como soporte y como tratamiento primario para inducir la remisión.
Para contrarrestar la
desnutrición, se recomienda que el paciente maneje un plan de alimentación
variado y balanceado. El consumo de lácteos ha sido duramente tratado, en
especial pues para muchos con intolerancia a la lactosa, encuentra un
incremento en la frecuencia de las crisis de la enfermedad. Nos obstante, no
todos los pacientes con Crohn o Colitis Ulcerosa son intolerantes a la lactosa,
por lo que no hay relación directa entre el consumo de lácteos y las crisis de
la enfermedad.
El consumo de fibra debe manejarse
con especial atención, la fibra insoluble (ligninas y celulosa) presente el
productos integrales y algunos vegetales
puede producir heces muy voluminosas y gases que pueden molestar al
paciente, en especial en las crisis de la enfermedad. En contraste, la fibra
soluble, presente en frutas puede ser consumida de forma moderada pues es
fermentada y estos residuos son beneficiosos para el colon. En todo caso, vale
la pena evaluar en cada oportunidad de consumo, la tolerancia del cuerpo, antes
de tomar la decisión de retirarlo de la dieta y pasar a un plan de alimentación
deficitario y monolítico.
En algunos casos, en especial
cuando la crisis es aguda, es imprescindible suplementación con complejos
vitamínicos, en especial con Hierro y complejo B, para mantener el equilibrio
de micronutrientes. Otros pacientes, deben recurrir a la alimentación parenteral
–vía intravenosa- o enteral –a través de una sonda- como única opción para
recuperar el balance energético. Algunos reportes afirman que en niños con
Enfermedad de Crohn la alimentación por sonda es la más recomendada y tienen
efecto antiinflamatorio.
La EII se considera multisistémica. En ocasiones
las manifestaciones extradigestivas preceden a los síntomas intestinales. Se estima que entre un 25-30% de los pacientes con EII presentarán alguna a lo
largo de su evolución. Las más frecuentes se asocian a la actividad inflamatoria en intestino, otras
siguen un curso independiente como la colangitis
esclerosante.
En Venezuela, contamos con el Programa de educación en
salud a la comunidad de la Escuela de Medicina "Dr. José María Vargas" de la Universidad Central de Venezuela, Sección de Educación de la
Sociedad Venezolana de Gastroenterología y Servicio de Gastroenterología del Hospital
Vargas, puedes comunicarte con el servicio a través de su correo electrónico: rcuycrohn@gmail.com o acompañarlos en Facebook.
El Dr. Guillermo Veitia y un grupo de colaboradores desarrollaron una guía magnifica para el manejo de las EII, le invito a descargarlo aquí.
Si tienes algún familiar o amigo cercano que padece alguna EII extiéndele tu comprensión pues no es una condición fácil de controlar, en especial porque no tiene cura y no estamos preparados para manejarla. Esta condición puede resultar incapacitante para la mayoría de las personas que lo padecen, en especial antes del diagnóstico, que por sus características y resulta ser un proceso largo y complejo. Hasta la próxima!!!
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