Navidad para todos

Después de recibir el diagnostico de alergia o intolerancia alimentaria las Navidades cambian de maneras insospechadas… ahora dedicamos especial atención a elaborar los platos tratando de imitar el “look” y el sabor aún cuando sea necesario eliminar buena parte de los ingredientes principales, pues la premisa es disfrutar con la mayor seguridad.

Cuando presentamos el servicio durante las fiestas el mayor desafío es prevenir la contaminación por contacto cruzado, esa que de manera inadvertida puede arruinar la velada… sin embargo, al tratarse de cantidades tan pequeñas, el reto es aún más grande y puede llevarnos a una serie de practicas que para algunos resultan obsesivas… yo al igual que usted he pasado por esa situación muchas veces… pero que nada le detenga! Las trazas son peligrosas y punto!

En este momento, trato de hacer que las fiestas sean lo más tranquilas posibles, la familia ya sabe que hay que tener cuidado así que puedo confiar que lo que se coma durante la nochebuena estará libre de peligros. Pero ¿qué pasa cuando nos invitan a compartir con amigos o cuando estamos de viaje? Allí personalmente me da un sustico… sin embargo he aprendido que la educación es mi aliada así que converso con antelación y voy preparada.

Si usted no ha pasado por una situación similar porque en casa y en la familia no hay diagnósticos de este tipo, agradezco que haya llegado hasta esta parte del post, pues lo que sigue lo escribí pensando en usted.

Recibir invitados es siempre una gran responsabilidad, especialmente porque aún cuando sea extremadamente cuidadoso, es posible que alguno no le guste lo que preparó o no lo pueda comer. Por eso siempre recomiendo hacer las preguntas poderosas en la invitación, así evitamos situaciones incómodas que podrían arruinar la velada. Nada cuesta colocar en la invitación unas líneas donde consulta si tiene alguna restricción alimentaria, si es vegetariano, o si usted como anfitrión debe tener alguna consideración especial. Es un gesto que buena parte de sus invitados agradecerá.

Si debe servir productos con lácteos, piense que puede tener invitados que no podrán comerlos… vale la pena entonces elaborar uno o dos servicios sin queso, sin matequilla o leche y luego debe tener en cuenta que deben estar claramente identificados en la mesa para que sus invitados puedan reconocerlos rápidamente y no ocurran incidentes incómodos. Muchas veces un postre con sustitutos lácteos pueden lucir idénticos al original y eso puede prestarse a confusiones.

Asimismo ocurre con preparaciones libres de gluten y productos sin azúcar… estamos en un momento inédito en el que ya los productos dirigidos a este nicho de mercado tienen un aspecto envidiable y para muchos resulta hasta curioso y quieren probarlos, por lo que vale la pena desarrollar alguna estrategia para hacerlos visibles.

En una ocasión estuve en una fiesta y los postres sin gluten fueron los primeros en terminarse pues estaban tan gustosos que todos quisieron probarlo pues no daban crédito a los comentarios!

En el supermercado las etiquetas son nuestras grandes aliadas, pero en la mesa de nochebuena no están, así que resulta más complejo saber cuales son los productos aptos o no. Es por ello que decidí diseñar una serie de identificadores (toppers) en colores alegres que te permitan dejar claro cuáles de los platos y bandejas contienen los productos aptos para personas con hipersensibilidad alimentaria. Estos toppers complementan la línea de Protocolo Cocina Segura, una iniciativa personal que busca implementar procesos seguros para evitar la contaminación por contacto cruzado en cocinas mixtas.

Gracias a mi querida amiga Anaeva Aleo por hacerlos parte de su mesa y enviarme la adorable imagen que está al inicio de esta publicación y bendiciones a todas las personas que esta noche servirán una alternativa pensada para aquellos que necesitan eliminar lácteos, gluten, azúcar, sal, frutos secos, pescados, mariscos, cereales, soya, etc… una Navidad segura para todos!

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