Muchos
dicen que es una moda, que es una consecuencia de la ingesta desmesurada de
alimentos con exceso de colocarantes y aditivos, que ahora se diagnostican más porque tenemos más tecnología para hacerlo y así, un sin fin de argumentos que sirven para justificar la gran cantidad de
casos de niños y adultos que cada día confirman que deben ajustarse a una dieta
de exclusión por recomendación de su médico tratante: son las
hipersensibilidades alimentarias un “estilo de vida” que está instalándose en
cada vez más hogares de nuestra región y que requiere preparación, paciencia y dedicación.
La
hipersensibilidad alimentaria, el término más recientemente acordado para
agrupar a las alergias e intolerancias alimentarias se define como la presencia
de síntomas o signos recurrentes, originados por la ingesta de uno o más
alimentos o ingredientes a una dosis tolerada por personas sanas.
Dada la naturaleza del alimentos y su reactividad
después de ser ingeridas se pueden clasificar de la siguiente manera:
1)
Reacciones inmunológicas (hipersensibilidad alérgica):
a)
Mediadas por IgE (p. ej. anafilaxia, urticaria aguda, síndrome de alergia oral)
b)
No mediadas por IgE (p. ej. enfermedad celíaca)
c)
combinadas (IgE-dependientes e IgE-independientes, tales como la gastroenteritis
eosinofílica o la dermatitis atópica)
2)
Reacciones no inmunológicas (hipersensibilidad no alérgica):
a)
Metabólicas (p. ej. intolerancia a la lactosa)
b)
Farmacológicas (p. ej. a la tiramina [quesos, arenques adobados], cafeína,
teobromina [chocolate, té, refrescos o gaseosas], histamina [pescados,
chucrut], triptamina [tomates, ciruelas], serotonina [plátanos, tomates)
c)
Tóxicas (p. ej. toxinas alimentarias)
d)
Otras no clasificadas (p. ej. sulfatos)
En
cualquiera de los caso anteriormente mencionados, la solución generalmente está
atada al manejo de una dieta de exclusión que limita la exposición al alimento
potencialmente dañino, casi siempre para toda la vida.
Si
todo marcha bien el diagnóstico se hace a temprana edad, por lo que al escolarizar
al niño los alimentos deben ser enteramente preparados en casa para evitar el
riesgo a las reacciones, sin embargo, en un entorno menos controlado, los
accidente pueden ocurrir. Desde
intercambiar la merienda, hasta conseguir algo de la cantina escolar, los niños
con hipersensibilidad alimentaria tienden a “querer comer” lo que los otros
niños están comiendo, pues aún no tienen consciencia plena del daño que les
puede producir.
Con
esta “novedad” iniciamos un nuevo año escolar, en el que en ausencia de estadísticas,
posiblemente las maestras tengan estudiantes sujetos a régimen especial de alimentación
y no lo saben, la cantina escolar continúa ofreciendo su habitual carta de opciones
que además de poco saludables, están elaboradas con los principales alergenos
(gluten, lácteos, cítricos, entre otros) así que esta dinámica de los escolares
de comprar sus meriendas, queda prácticamente fuera del rango de opciones de
este cada vez más creciente número de niños con alergias e intolerancias
alimentarias.
Si usted tiene un niño o una niña con algún tipo de hipersensibilidad alimentaria, entonces le doy la bienvenida a mi tribu #cocinasegura y a la familia de la Koikolonchera, un espacio en el que compartimos información para mejorar las alternativas que compartimos en las meriendas y comida "potable" en la lonchera, pero también un espacio para empoderarnos con información para manejar la condición de nuestros pequeños en esos espacios donde estará solo y sin nuestra supervisión.
Es importante que podamos saber si nuestro pequeño está listo para manejar su condición. Si esto aún no ocurre, necesitamos asegurarnos que los adultos influenciadores que están a su alrededor, entienden los riesgo de la exposición a pequeñas cantidades del ingrediente prohibido y que pueden resolver a tiempo los conflictos que pueden ocurrir cuando aparecen burlas y bromas pesadas.
Esto puede tomar tiempo, al igual que usted al principio, muchos nos toman como exagerados así que con todo el amor que pueda, encamínelos y como siempre digo "vacúnelos contra la indiferencia" esa que tenemos todos cuando no manejamos la información completa y vemos el paisaje a través de un solo cristal.
Aún nos queda mucho por informar y enseñar, sin embargo soy una convencida que en poco tiempo ya disfrutaremos de espacios adecuados para comer fuera de casa sin riesgos o comprar en el supermercado productos perfectamente etiquetados.
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