El clima está cambiando, la agricultura y la alimentación también!

Como cada 16 de octubre, hoy celebramos un aniversario más de la creación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Al momento de su fundación en el año 45, los países participantes tuvieron un objetivo común: "liberar a la humanidad del hambre y la malnutrición, y gestionar de forma eficaz el sistema alimentario mundial". El Día Mundial de la Alimentación se celebra cada año en esta fecha para celebrar la creación de esta longeva organización que para muchos resulta una utopía pues a más de 70 años, su intención de liberar a la humanidad del hambre y la pobreza se ha recrudecido a niveles alarmantes.

Para este año el tema central de la celebración se fundamenta en los 17 objetivos para el Desarrollo Sostenible, presentados en septiembre de 2015 y con un plazo de cumplimento de 15 años.


Con el lema "El clima está cambiando, la agricultura y la alimentación también" la FAO plantea que uno de las mayores problemas relacionados con el cambio climático es la seguridad alimentaria. De acuerdo a cifras de la misma organización, se espera que la población mundial llegue a 9600 millones de personas en 2050, por lo que los retos para garantizar alimentación sana y segura para todos, representa uno de los mayores retos jamás antes vistos para nuestra sociedad. 

"Para cubrir una demanda tan grande, los sistemas agrícolas y alimentarios tendrán que adaptarse a los efectos adversos del cambio climático y hacerse más resilientes, productivos y sostenibles" 

La propuesta va más allá de generar modernos sistemas de cultivo, se requiere mucho más de eso para disminuir el hambre que azota a casi la mitad de los habitantes del planeta. Se necesita cultivar alimentos de manera sostenible ajustando e incluso cambiando de manera radical las prácticas tradicionales para "producir más con menos" en la misma superficie de la tierra y usar los recursos naturales de forma juiciosa. Significa también reducir la pérdida de alimentos antes de la fase del producto final o venta al por menor a través de una serie de iniciativas, que incluyen una mejor recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructuras y mecanismos de mercado, así como un cambio en el comportamiento del consumidor, apelando a un nivel más profundo de consciencia ante el consumo.
La eliminación de la subalimentación crónica en 2030 es un elemento clave de la Meta 2 de la Agenda de Desarrollo Sostenible, adoptada recientemente por la comunidad internacional. También está en el eje central del Desafío Hambre Cero. 

La FAO calcula que cada año, un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano se pierden o desperdician (alrededor de 1300 millones de toneladas). Esto significa un coste de unos 750000 millones de dólares anuales. Si reducimos las pérdidas y el desperdicio de alimentos, podemos contribuir a la meta para el 2030 "Hambre Cero" una deuda pendiente, compromiso de la FAO desde su creación y que parece esfumarse de las manos por falta de voluntades orientadas hacia el mismo destino.

Sabemos que las pérdidas de alimentos comienzan en las etapas de post-producción, recolección, transporte y almacenamiento. Pero un buen porcentaje también se produce a nivel particular en casas, negocios de alimentos y bebidas, comedores entre otros, donde por razones sanitarias e incluso culturales, se pierden una buena cantidad de alimentos aptos para el consumo. 

En los países en desarrollo, las pérdidas de alimentos afectan con más dureza a los pequeños agricultores. Cerca de un 65 % de estas pérdidas de alimentos tienen lugar en las etapas de producción, poscosecha y procesamiento. En los países industrializados, el desperdicio de alimentos se produce principalmente a nivel del comercio minorista y del consumidor debido a una mentalidad de "derroche".

SAVE FOOD es una iniciativa mundial en la que FAO y Messe Düsseldorf están colaborando con los donantes, los organismos bilaterales y multilaterales y las instituciones financieras y socios del sector privado para desarrollar e implementar el programa sobre la reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos, buscando en sus primeras etapas comprender las causas que originan el desperdicio desmedido de los alimentos, para luego proponer acciones que minimicen las pérdidas y optimicen los recursos. Desde su lanzamiento en 2011 se han recopilado algunos hallazgos importantes que me permito compartir con usted, para que tenga una idea de cómo estamos y llamar su atención y motivarlo a dar esos primeros pasos para generar el cambio que queremos:



  • Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano (aproximadamente 1 300 millones de toneladas anuales) se pierde (se tira) o desperdicia. 
  • Las pérdidas y el desperdicio de alimentos ascienden a aproximadamente 680 000 millones USD en los países industrializados y a 310 000 millones USD en los países en desarrollo. 
  • Los países industrializados y en desarrollo desperdician aproximadamente la misma cantidad de alimentos (670 y 630 millones de toneladas, respectivamente).
  • Las tasas más altas de desperdicio se concentran en los grupos de frutas y hortalizas y raíces y tubérculos.
  • Las pérdidas y el desperdicio anuales en el mundo alcanzan aproximadamente un 30 % para los cereales; entre un 40 y un 50 % para los cultivos de raíces, frutas y hortalizas; un 20 % para cultivos oleaginosos, carne y productos lácteos; y un 35 % para el pescado.
  • Cada año, los consumidores de los países ricos desperdician casi tantos alimentos (222 millones de toneladas) que la producción de alimentos neta total del África subsahariana (230 millones de toneladas).
  • La cantidad de alimentos que se pierden o desperdician cada año equivale a más de la mitad de los cultivos de cereales anuales del mundo (2 300 millones de toneladas en 2009/10). 
  • El desperdicio per cápita de alimentos por consumidor es de 95 a 115 kg/año en Europa y América del Norte, mientras que en el África subsahariana y en Asia meridional y sudoriental esta cifra representa solo de 6 a 11 kg/año.
Toda acción cuenta! así que a partir de hoy lo invito a mirar con mayor atención la magnitud de los desperdicios de alimentos en su localidad, identificar posibles acciones para disminuirlas e invitar a otros a sumarse a las acciones.

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