Las enfermedades no
transmisibles (ENT) son hoy por hoy, la principal causa de muerte alrededor del
mundo, por lo que todas las acciones que conduzcan a su disminución,
contribuyen considerablemente al estado general de salud de todas las naciones.
Algunos investigadores han reportado sistemáticamente una relación entre la
aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y otras ENT
y una ingesta reducida de Potasio. Al contrastar estos hallazgos con otros
estudios que indican que el aumento en el consumo de fuentes naturales de
potasio podrían mitigar los efectos de la ingesta desmesurada de sodio, se abre
una compuerta en esta gran cruzada por la prevención de las ENT.
El potasio (K) es un mineral muy
valioso dentro del metabolismo y las funciones corporales de todos los seres
humanos. Es esencial para en funcionamiento apropiado de todas las células ya
que interviene en la regulación del equilibrio ácido-base, también interviene
en la actividad eléctrica del corazón, es necesario para la formación de
músculos y el crecimiento normal del cuerpo y ayuda a la síntesis de las
proteínas y el metabolismo de los carbohidratos.
Muchos alimentos contienen
potasio, no obstante, su contenido disminuye drásticamente en la medida que
estos son sometidos al procesamiento en la industria alimentaria, por lo que el
consumo real de este mineral ha disminuido considerablemente en los últimos
años, no sólo entre la población de adultos, sino también entre los más
pequeños de la casa. La siguiente imagen, cortesía de el Mercurio, nos ilustra el contenido de Potasio de algunos alimentos de consumo frecuente:
El potasio ingerido que no se
utiliza es eliminado a través de la orina. Bajo condiciones de calor extremo
y/o actividad física intensa, el cuerpo transpira como un mecanismo para
regular la temperatura y las pérdidas de Potasio y otros electrolitos se
incrementa de manera considerable. Sin embargo, el organismo rápidamente se
aclimata, por lo que las pérdidas a través del sudor se reducen y pueden ser
reemplazadas a través de fuentes naturales, especialmente frutas y vegetales,
sin necesidad de recurrir a productos especializados.
La OMS ha
publicado en su sitio web las directrices para el consumo de Potasio,
como una recomendación para que los estados miembros las incorporen a sus
campañas de educación al consumidor en materia de alimentación como una
herramienta en la prevención de ENT.
De acuerdo a la publicación, un
incremento en la ingesta de Potasio entre 90 mmol/día (3510 mg/día) reduce la
presión sistólica y diastólica en adultos (considerados como tal, todos los
individuos mayores a 16 años). Asimismo, las investigaciones que soportan tales recomendaciones afirman que este incremento no tiene
efectos significativamente adversos en la concentración de lípidos en plasma,
niveles de catecolaminas ni en la función renal.
De igual forma, las evidencias que
soportan tal recomendación, sugieren que un incremento en el consumo de potasio
a partir de fuentes naturales no representa mayor riesgo de toxicidad y reduce
el riesgo de infartos.
En el informe publicado, la OMS
recomienda que estas directrices sean acatadas en combinación con las
publicadas previamente y que tienen que ver con la ingesta de sodio (Na) recomendadas en no más de 2 g/día. De
hacerlo de esa manera, la relación Na:K sería 1:1, lo cual ha sido considerado
como beneficioso para la salud según lo reporta el informe Diet, Nutrition and prevention of Chronic Disease de la OMS/FAO, en el año 2003.
Aún cuando la mayor incidencia
de las ENT ha sido reportada en adultos, su detección es cada vez más frecuente
en la población infantil por lo que el informe hace recomendaciones para la
población entre 2 y 15 años a manera preventiva y con el objeto de controlar la presión arterial. La recomendación
en el caso de niños es “condicional” a 3510 mg/día por lo que debe ser ajustada
hacia abajo en función de los requerimientos energéticos y siempre que no se
sospeche de nefropatías que pudieran verse afectadas por este ajuste.
Estas directrices son la punta
del iceberg, pues a pesar de estar trabajando en ellas desde 2010, no es sino
hasta el 2013 que se hacen públicas y posiblemente sus efectos podrán
cuantificarse en unos 5 a 10 años aproximadamente. Esta debe ser una tarea en
conjunto, por lo que desde hoy, le invito a estar más atento a lo que comen en casa tengan o no, antecedentes de diabetes, hipertensión o
cualquier otra ENT. Esta es una batalla que se gana a diario pues cada acción cuenta, así que vamos
sin pausa! Hasta la próxima.
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