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EFECTOS DEL DHA ( ACIDO DOCOSOHEXANOICO-OMEGA 3) EN LA FORMACIÓN Y MADURACION DEL CEREBRO Y LA RETINA DE LOS INFANTES Y NIÑOS
Por Dr. Tony Conti
El DHA proveniente de la dieta o de la síntesis endógena ( en muy pequeña escala, a partir del ácido linolénico, omega 3 de origen vegetal ), se encuentra prácticamente en todos los tejidos, lo cual es indicativo de su importancia. Sin embargo, es particularmente abundante en tejido cerebral, en los conos y bastoncitos de la retina y en las gónadas, especialmente en los espermios, tejidos en los que puede constituir entre 40 a 60% de los ácidos grasos poliinsaturados. También se le puede identificar en el plasma sanguíneo y en la membrana de los eritrocitos (glogulos rojos), que se consideran como buenos marcadores del estado nutricional general del DHA.
Los componentes del fitoplancton ( Algas Marinas ), especialmente aquellos fotosintéticos, lo sintetizan con mucha eficiencia, siendo estos una de las fuentes de alimentación, más importantes que tienen los peces. Desde el punto de vista de la alimentación humana, los peces, especialmente aquellos de constitución más grasa (jurel, atún, anchoa, sardina, salmón, etc, en nuestro hemisferio) constituyen la primera fuente nutricional de DHA, pero ya sabemos que los ninos no los consumen, hasta que cumplen los dos o tres años de edad.
Se han identificado muchas funciones bioquímicas del DHA, entre las que destacan sus efectos a nivel de la regulación genética, en el control del sistema inmunológico. Tiene gran efecto en la función de las membranas celulares, a través de la regulación de la fluidez. La presencia de DHA en las membranas las fluidiza, esto es, facilita el movimiento de otras moléculas a través de su superficie o en su interior hidrofóbico. Este efecto es particularmente importante en la formación y función del sistema nervioso y visual de los niños. En el cerebro el DHA participa en la neurogénesis ( formacion del cerebro ), en la migración de las neuronas desde zonas ventriculares a la periferia, en la mielinización ( capa de mielina que recubre a los nervios ) y en la sinaptogénesis ( Unión de las neuronas ). En el órgano visual, facilita el movimiento de la rodopsina en los fotorreceptores ( Conos y Bastones ) en la retina, permitiendo la transformación del estímulo visual en una señal eléctrica.
El desarrollo del sistema nervioso y en especial del cerebro, ocurre en el último tercio del período gestacional, esto es, en el caso del humano durante los últimos tres meses del embarazo. Es aquí donde comienza en forma activa la formación de las neuronas y donde el requerimiento de DHA aumenta considerablemente, por lo cual la participación de la madre aparece como crucial en esta importante etapa del desarrollo. En efecto, la madre traspasa activamente al feto sus reservas de DHA, acumuladas principalmente en el hígado y en el tejido adiposo.
La movilización de DHA desde la madre al feto a través de la placenta, implica que la concentración de DHA en el cerebro (donde llega a constituir el 40% del contenido de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga) es mayor que la concentración en el plasma fetal y ésta, a su vez, mayor que la de la placenta y del plasma materno. Este proceso que ha sido identificado como biomagnificación es una demostración de la activa transferencia de DHA madre-placenta-feto. Al nacer, el bebe continua recibiendo este nutriente clave para continuar desarrollando y madurando la funcion cerebral y la retina, a través de la leche materna, cuya concentracion es de 20 mgs por cada 100 cc de leche, pero cuando esta se interrumpe, a los 6 meses aproximadamente, el bebe deja de recibir este nutiente fundamental de su madre, por lo cual el DHA debe ser incorporado en los alimentos que consumen los infantes despues de los 6 meses, como son las compotas de frutas y algunas fórmulas lácteas.
El DHA en la función visual. El tejido visual es una estructura derivada del sistema nervioso y que al igual que el cerebro tiene una extraordinaria capacidad para captar DHA desde el plasma, aunque tampoco está claro si también tiene la capacidad para formar DHA a partir de precursores de menor tamaño. En la retina el DHA forma parte de los fotorreceptores de los conos y bastoncitos. Estas estructuras de la membrana, asociadas a la rodopsina, participan en la conversión del estímulo luminoso en un estímulo eléctrico (depolarización de membranas) y en los procesos de transducción de señales que acompañan a este fenómeno. No hay evidencias que la retina pueda sintetizar DHA a partir de sus precursores. Sin embargo, este ácido graso es continuamente reutilizado en el tejido ya que el recambio de los conos y de los bastoncitos es muy activo. Estas células desprenden continuamente segmentos de la membrana (10% de su estructura diariamente) de la parte de ésta sensible a la luz (los segmentos externos de los fotorreceptores), que son continuamente fagocitados por las células del epitelio pigmentado de la retina, produciéndose así una activa reutilización de los productos de la fagocitocis, entre ellos del DHA.
Para concluir podemos decir que en la etapa de gestación intrauterina y en el período post-natal, abarcando incluso los primeros dos o tres años de vida, el requerimiento de DHA por parte del cerebro y de la retina parece ser crítico y fundamental para la función posterior de ambos tejidos.
Así que los invito a incorporar alimentos ricos en Omega 3 en la dieta de sus pequeños!!!
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