¿Sientes que cuando piensas o hablas de comida se te hace un nudo en la garganta?
¿Procuras comer sin que otros te vean?
Aunque no lo creas, una gran cantidad de personas manifiesta que tiene una relación antagónica con la comida y eso les priva en buena parte de los casos, de disfrutar el placer de comer.
Quizás no habías pensado que tienes una relación disfuncional con la comida... pero si lo que comes te genera algún tipo de emoción displacentera, entonces es posible que algo se haya desajustado en el camino y ahora quieras cambiarlo.
Lo primero que te invito a hacer es una revisión de tu percepción ante los alimentos, por ejemplo: ¿Tienes una lista mental de alimentos "buenos" y "malos"?
Lo que sigue puede ser profundo, pero increíblemente revelador: Revisa si tienes algún patrón específico para comer ciertos alimentos, algo así como horas específicas para comerlos, ocasiones en las que te limitas, etc.
Finalmente, te invito a mantener tu atención a ¿cómo te sientes cuando estas comiendo, es decir, te aborda algún sentimiento de culpa? o lo disfrutas sin restricción?
Ten cuenta que tu relación con la comida es un mecanismo que desarrollaste para mantenerte a salvo ante situaciones complejas que han sucedido en tu vida. Quizás fue un premio o un castigo, quizás fue tu refugio en tiempos de escasez o en ella encontraste el sosiego durante una pérdida.
Lo veo mucho con pacientes que por algún diagnóstico de alergias o intolerancias alimentarias, literalmente le tienen terror a ciertos alimentos... y si, es normal desarrollar esa aversión a algo que te hará sentir enfermx... y aunque ya no lo puedas comer, es necesario que puedas aceptar que otros si pueden y que eso también está bien.
Sucede también con personas diagnosticadas con hipertensión o diabetes, que necesitas hacer ajustes importantes a su forma de comer y les cuesta mucho dejar atrás esos alimentos que en el pasado le generaron disfrute y placer.
Quizás desarrollaste estas conductas ante los alimentos y aún cuando los momentos duros ya pasaron, te mantienes allí, como una forma de mantener un lugar seguro al que puedes volver siempre.
No hay nada de malo en eso, quiero que lo sepas y lo tengas presente. Esa fue tu mejor respuesta ante una situación que te causó dolor, rabia o tristeza. Sin embargo, puede ser que ya te sientas listx para dejarlo ir... y si que da miedo, pero créeme, que tu sabes que es momento de avanzar!
El primer paso, es darse cuenta... así de simple. Aceptar que tenemos una relación disfuncional con la comida, o con algunos alimentos en específico. Este no es un proceso simple para algunos, créeme cuando te digo que algunas veces descubrirnos con relaciones poco saludables con la comida puede ser un gran hallazgo que abre una Caja de Pandora... necesaria para sanar incluso algunos otros procesos internos que han estado allí, limitando nuestro avance en otros aspectos como el laboral, la pareja e incluso la familia.
El primer paso, es darse cuenta... así de simple. Aceptar que tenemos una relación disfuncional con la comida, o con algunos alimentos en específico. Este no es un proceso simple para algunos, créeme cuando te digo que algunas veces descubrirnos con relaciones poco saludables con la comida puede ser un gran hallazgo que abre una Caja de Pandora... necesaria para sanar incluso algunos otros procesos internos que han estado allí, limitando nuestro avance en otros aspectos como el laboral, la pareja e incluso la familia.
Si necesitas un ligero empujoncito para ponerte en movimiento... estoy a la vuelta de un click, agendemos una cita y exploremos tu relación con la comida!
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