El pasado jueves 7 de abril, se
celebró un aniversario más de la creación de la Organización Mundial de la
Salud y el tema central de su campaña 2016 está centrado en uno de los
problemas de salud pública más complejos que nos ha tocado enfrentar: La
pandemia de la diabetes tipo 2.
Según las estimaciones de la OMS,
cerca de 422 millones de personas fueron diagnosticadas con diabetes tipo 2 en
2014, sin embargo, sabemos que esta cifra se queda corta pues hay muchos
pacientes asintomáticos o con síntomas aislados sin atención médica oportuna
para confirmar el diagnóstico.
Adoptar una perspectiva que
contemple todo el curso de la vida es fundamental para prevenir la diabetes de
tipo 2, así como también para otras afecciones de salud como la hipertensión. Hacer hincapié en los mensajes durante las primeras etapas de la
vida, cuando se forman los hábitos alimentarios y de práctica de actividad
física, puede programarse para motivar la auto-regulación a largo plazo y ofrecen una oportunidad inmejorable de intervención para mitigar
el riesgo de obesidad y de diabetes de tipo 2 en etapas posteriores.
En el caso de las personas ya
diagnosticadas con diabetes, existe una serie de intervenciones costo-eficaces
que pueden mejorar su calidad de vida, independientemente del tipo de diabetes
que tengan. Entre las intervenciones cabe citar: el control de la glucemia mediante
una combinación de dieta, actividad física y, de ser necesario, medicación;
el control de la tensión arterial y los lípidos para reducir el riesgo
cardiovascular y otras complicaciones; y exámenes periódicos para detectar
daños oculares, renales y en los pies. Fuente: Informe Mundial sobre laDiabetes, OMS, 2015
Las intervenciones recomendadas
parecen sencillas de aplicar, sin embargo, lo que se ha podido observar a lo
largo de estos últimos años es que mantener atención plena sobre el manejo de
la condición está resultando más fácil de decir que de hacer. La dieta
constante y la ingesta restringida de los alimentos “preferidos” pueden
conducir a sentimientos de insatisfacción y de estados de ánimo disfóricos. Es
por ello que algunos especialistas están volcando su mirada a nuevos enfoques
para tratar los problemas concomitantes de la gestión del estrés en pacientes
con diabetes tales como el manejo adecuado del peso corporal y la ingesta de alimentos que mantengan el
delicado equilibrio de los niveles de glucosa en sangre.
La creciente evidencia sugiere que lo ideal es incorporar técnicas de intervención que mejoran la conciencia de sí mismo a
mejorar el bienestar, incluyendo la ansiedad y la depresión, trastornos de la
alimentación, los antojos de alimentos y pérdida de peso. La reducción del
estrés a través de intervenciones basadas en mindfulness o atención plena,
en general, emplean un procedimiento sistemático para el desarrollo de una
mayor conciencia de la experiencia de "momento a momento" de sensaciones físicas,
las percepciones, los estados afectivos y pensamientos sin juicio y se ha
aplicado al tratamiento de diversas especialidades médicas. Comer de manera consciente conlleva a ser consciente del hambre física y las señales de saciedad,
ambiental o disparadores emocionales para comer, y la elección de alimentos
saludables.
Desde hace algún tiempo he fijado mi atención a la práctica de la atención plena al momento de comer, no como una práctica para bajar de peso, sino como una oportunidad para mejorar mi relación con los alimentos y aprender a escuchar las señales de mi cuerpo, con lo cual he ido logrando (cada vez con más éxito) comer lo que me funciona, sin tantas restricciones ni etiquetas.
Como científico, he podido encontrar con mucha satisfacción, trabajos con un alto nivel de profesionalismo, donde se combina el método científico con la sabiduría ancestral del conocimiento de la atención plena (mindfulness). Hoy me centraré en dos que considero pertinentes para esta ocasión.
El primero, publicado en 2012 en el JOURNAL OF THE ACADEMY OF NUTRITION AND DIETETICS demuestra la efectividad en la reducción de la cantidad de calorías
ingeridas (1.000 kcal menos que en
el grupo control) de grasas trans, y azúcares en pacientes que fueron
acompañados a través del método Mindfulness-Based Eating Awareness Training
(MB-EAT) dentro de los programas de educación en Diabetes que se maneja con
pacientes en los EEUU.
Dos años después (2014) se publicó en el Health Education&Behavior un
estudio comparativo en el que se compararon los programas de Educación en Diabetes (DSME) “Smart
Choices” (SC) con el programa MB_EAT-D que es una adaptación del programa del
Dr. Kristeller para pacientes con Diabetes, durante 8 semanas. Un dietista
llevó todas las cohortes de la intervención DSME, y el mismo dietista y un
trabajador social con una amplia formación en mindfulness co-facilitó todos los
grupos de la intervención MB-EAT-D. Cada participante fue gentilmente acompañado
durante las sesiones y si perdía alguna, se le invitaba a sesiones de
recuperación para nivelarlo. Finalmente, se les invitó a una sesión de seguimiento
3 meses después del estudio para facilitar el mantenimiento del cambio.
Los participantes informaron acerca de mejoras significativas después de
su participación en estos grupos de formación en temas relacionados con el
manejo de la Diabetes, especialmente en el manejo asertivo de su relación con
los alimentos y los síntomas de la depresión.
El Dr. Kristeller es uno de los investigadores que más atención le ha prestado a la incorporación del Mindfuleating en el manejo de los desórdenes de alimentación en todas sus formas y ha desarrollado un método (al parecer muy eficaz) para generar empoderamiento a través de las herramientas que brinda la práctica de la atención plena, en el manejo de los efectos emocionales de las relaciones distorsionadas con la comida.
Aun cuando hay mucho camino por recorrer en este tema, soy optimista. La
información es clave para ajustar las velas cuando nos desviamos del camino.
Aún en estos tiempos de “intoxicación” vale la pena seguir cultivando estos espacios
para que personas como usted tengan a la mano recursos para hacerse
responsables de sus acciones futuras. Es imperativo hacer ajustes a la manera de comer, eso es un hecho.
Sin embargo, la desinformación y el empoderamiento son nuestros peores
enemigos.
Hágase cargo de su parte, aprenda a mejorar su relación con la comida,
deje la flojera y póngase en movimiento, evite dejar que otros elijan por
usted, aprenda a comer lo que le funciona y evite comerse sus emociones, porque
eso no le traerá más que problemas. Hasta la próxima!
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