Mi experiencia con el “Eat Clean”

Seguramente has leído o escuchado esta expresión: “eat clean” o  en español “comer limpio”, sin embargo, pocas veces nos explican su significado, implicaciones y cómo aplicarlo. A continuación espero poder aclarar esas dudas y de ser posible, darles las herramientas para incorporarlo a su estilo de vida.

Lo primero que debemos saber es que “comer limpio” no es una nueva moda ni una dieta, es una decisión personal que modula el estilo de vida y por lo tanto, implica incorporar o modificar algunos hábitos a nuestro día a día.

En este articulo te comparto algunas de mis impresiones personales como profesional y promotora de la salud con enfoque ético y respetuoso por la individualidad de cada persona. 


El movimiento "Clean Eating" se remonta a la década de 1960, cuando se inició una campaña que rechazaba los alimentos procesados ​​por el bien de los valores morales y sociales (en lugar de temas de salud y nutrición). Finalmente aterrizó en los gimnasios, donde ganó impulso entre los culturistas y modelos de fitness. Recientemente, ha tenido un renacimiento y el movimiento inspira a personas de todo tipo, que buscan salud y bienestar a través de los alimentos que consumen.     

Con el pasar de los años, el concepto de “comer limpio” se ha refinado para adaptarse a las nuevas necesidades de quienes han decidido adoptarlo. Para mi, esa es la razón por la cual hay tantos “estilos” y quienes deciden iniciarse, lo encuentra confuso y en algunos casos hasta incongruentes.

Como química de alimentos, conozco bastante bien esas “estrategias” de la industria que a lo largo del tiempo ha permitido que un paquete de pan pueda durar varias semanas en la alacena, he visto cómo esos avances tecnológicos han alimentado a generaciones de ciudadanos y también he podido ver cómo algunos productos cargados de aditivos se han convertido en parte esencial de la alimentación de muchas personas, desvirtuando por completo el concepto de alimentación.

De igual manera, mucho de lo que este concepto engloba, olvida una parte esencial: la desigualdad de la población. Cuando se tiene el privilegio  económico y social que permite acceso a servicios básicos como agua y alimentos de buena calidad, el comer limpio es una opción. Sin embargo, las poblaciones más vulnerables lamentablemente no tienen elección y deben alimentarse con lo que les permite su presupuesto.. y créame cuando le digo que esto esta bastante lejos de los preceptos del Eat Clean.

Somos el resultado de un experimento que a todas luces no funcionó y muchos hemos tomado la decisión de “volver a lo básico” y encontrar una forma más amable para alimentar nuestro cuerpo. 

Como resultado de esta búsqueda, quiero compartir 5 principios asociados al movimiento “Eat Clean” que me han funcionado y he logrado adaptar a mi cotidianidad:

   1.Limitar el consumo de alimentos procesados: Con ello logré disminuir el consumo de sodio, azúcar y grasas saturadas que generalmente abundan en estos productos. Este proceso puede ser complejo para muchos pues requiere pasar más tiempo en la cocina, pero los beneficios lo valen!

    2. Comer más vegetales y frutas: Muchas deficiencias vitamínicas que queremos resolver con suplementos, pueden ser cubiertas aumentando el consumo de vegetales y frutas. Lo ideal es consumir 5 porciones al día, con lo cual es importante familiarizarse con el significado de una porción y nuevos métodos de cocción para favorecer la variedad.

    3.  Comer menos carne: Esta puede ser la más polémica de todas dado el gusto que tenemos por el consumo de productos cárnicos. Sin embargo, es importante revisar la cantidad de productos curados (procesados) que consumimos y por allí podemos comenzar. El “lunes sin carne” ha resultado magnífico en casa, pues me ha permitido innovar con las preparaciones y fuentes no tradicionales de proteínas.

   4. Aumentar el consumo de cereales integrales: Soy de la generación de los productos refinados, mientras más blanco y procesado se consideraba "mejor". Ya de adulto “descubrí” los productos integrales y los encontré deliciosos…luego supe lo bueno que eran para mi y ahora hago mi mejor para tenerlos disponibles.

   5. Aumentar mi consciencia alimentaria: Prestando atención al tamaño de las porciones que consumo, planificando el menú para comprar sólo lo necesario y trabajar en disminuir los residuos.


Espero que estas reflexiones resulten útiles para quienes están buscando una manera más amable para alimentarse, sin presiones y con una mayor conciencia de sus necesidades y posibilidades. 

Cada persona tiene su propio ritmo y es necesario “subirle el volumen” y escuchar lo que su cuerpo quiere decir. Quiero agradecerles por este maravilloso año en el que hemos construido una comunidad más saludable. 

1 comentario

  1. Gracias por compartir, este es el sistema de alimentación que me gusta y he ido de a poco incorporando en los hábitos alimenticios de mi familia!! Saludos, el cariño de siempre y todo nuestro apoyo desde #GorditosSos por una infancia feliz libre de Acoso Escolar (Bullying) por Obesidad!! @Hdnconferencia

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