Si para usted que no tiene
restricciones en su plan de alimentación le resulta costoso adquirir los
productos de la canasta alimentaria, imagine qué sucede cuando debe sustituir
con un alimentos que no está regulado y que generalmente es importado…
Pues esa es la historia de todos
y cada uno de los hogares venezolanos que luego del diagnóstico, deben ajustar
su presupuesto y su estilo de vida a la nueva “dieta” incorporando poco a poco
los ingredientes sustitutos y posiblemente incursionando en la cocina, pues
ahora comer en la calle deja de ser una opción.
Bajo la premisa “hay que
vacunarse contra la indiferencia” quiero compartir con ustedes un pequeño
estudio que realicé para evaluar el impacto económico de una dieta libre de
gluten, lácteos (por aquello de comer sin lactosa y/o caseina) y azúcar.
Posiblemente le parezca exagerado, pero lo cierto es que hay cada vez más
familias venezolanas que tienen uno o más integrantes que deben prescindir de
estos ingredientes para llevar una vida sana o al menos deberían.
Para que los resultados sean
comparables, he decidido realizar el análisis basado en el valor de la Canasta
Alimentaria Normativa (CAN) que publica mensualmente el Instituto Nacional de
Estadísticas (www.ine.gov.ve) sustituyendo
aquellos alimentos o rubros que aplica para cada restricción.
De acuerdo a los datos
publicados para Junio 2013, el valor de la CAN se estimó en Bs. 2737,07. Para
que tenga una idea de cómo se estima este valor, es importante que conozca la
ficha técnica con la cual se elabora este indicador:
“La CAN es un indicador
estadístico que tiene por objeto determinar el valor o costo mensual en bolívares
de un conjunto de alimentos, que cubren la totalidad de los requerimientos de
energía y nutrientes de una familia tipo de la población venezolana, tomando
en cuenta sus hábitos de consumo, las disponibilidades de la producción
nacional y el menor costo posible…
Características de la
Canasta Alimentaria Normativa (CAN)
Los alimentos que integran la Canasta tienen las
siguientes características:
·
Está compuesta por 50 productos que son
representativos del consumo de las familias (hábitos de consumo, consumo real,
preferencias, patrones de consumo).
·
Está referida a un hogar tipo de 5,2 personas
·
Cubren la totalidad (100%) del requerimiento diario
promedio per cápita de energía y
nutrientes de la población venezolana.
·
Aportan un promedio de 2.200 calorías diarias por
persona.
·
Son productos accesibles desde el punto de vista de
precios (bajo costo).
·
Se adaptan en lo posible a las disponibilidades de
la producción nacional”
Con estos parámetros,
comparto con ustedes el siguiente cuadro donde comparo la CAN recopilada por el
INE y una CAN* en la que sólo sustituí gluten, lácteos y azúcar:
Como podrá observar, el valor de la CAN* resulta ser Bs. 6669,77 lo que significa una diferencia de 255% en comparación con la CAN sugerida por el INE en su más reciente publicación. Un valor increíblemente elevado…seguro que usted que está
leyendo quedó tan sorprendido como yo…y créame que revisé los numeritos varias
veces!!!
Note que algunos rubros
permaneces iguales, con lo cual la sorpresa es aún mayor, pues esta diferencia
se debe a tan sólo 4 rubros de los 10 considerados para el estudio del INE.
En el rubro de cereales y
derivados, he prescindido de la avena, así que la ingesta calórica queda por
debajo de lo estimado por el INE. Para sustituir esta falta, se puede aumentar
el consumo de otras fuentes de carbohidratos como maíz, no obstante, tengan en
cuenta que no todas las marcas comercializadas en el país son libres de gluten.
En el grupo de lácteos y
derivados he colocado leche deslactosa y leche vegetal pues depende del tipo de
régimen que manejen en casa (libre de lactosa o libre de caseína) y en ambos
casos el queso blanco queda fuera de consideración.
Finalmente uno de los
rubros más costosos corresponde a los endulzantes, pues aún cuando hay varias
alternativas en el mercado, la única que pueden consumir TODOS los que hacen
dieta sin azúcar es el Xilitol.
Me despido hasta una
próxima oportunidad, recordándole que eso no es moda, es una necesidad.
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