La trampa de las Cheat Meals

Las comidas trampa o cheat meals, representan un “escape” para quienes mantienen un régimen de alimentación muy estricto.  Note que uso con intención las comillas y las negritas para resaltar dos palabras clave en todo este asunto: Escape y Estricto. 

Si no conoces el concepto hasta este momento, sólo debo decirte que son comidas que incluso son recomendadas por especialistas de la salud, cuando se está bajo un régimen de alimentación para alcanzar objetivos de peso específicos. Son muy frecuentes en la comunidad fitness así que estoy segura que no te costará mucho reconocer el término y sus implicaciones.


Toda situación que atente contra nuestra aparente libertad en la toma de decisiones, tiende a ser desafiante y nuestra naturaleza tiende a rechazarlas. Toda situación de prohibición y restricción, activa nuestro instinto de rebelión. Cuando una dieta es demasiado estricta, nuestra naturaleza siempre nos impulsará a huir de esta, a querer ponerle fin y hace tentadora la posibilidad de cometer algún tipo de trampa, con la intención de demostrar quien está a cargo. 

Si el plan de alimentación que estás haciendo en este momento es excesivamente restrictivo (no aplica para dietas de exclusión cuando se tienen alergias, intolerancias alimentarias o cualquier otra situación que comprometa tu salud) créeme, ese no es el plan adecuado para ti. 

Múltiples investigaciones aseguran que cuando una dieta es muy difícil de manejar por el paciente, es imperativo explorar las causas asociadas a este comportamiento, pues en muchos casos, está atado a situaciones emocionales, creencias y otros aspectos de la persona, que limitan su capacidad para mantenerse y seguir las instrucciones y no un mero hecho biológico. 

Otro asunto de vital importancia en este tema de las comidas trampa, es reconocer ¿A quién o a qué se le hace la trampa? Vale la pena explorar, sobre quién recaen los efectos de este comportamiento y ¿quien vivirá con las consecuencias de hacerlo constantemente? La respuesta es una sola: TU. El lenguaje es capaz de generar realidades, así que imaginé por un instante el impacto que tiene el hecho de que usted semanalmente “se haga trampa”.  ¿qué clase de mensaje está enviando a sus células? Con nuestras palabras y pensamiento generamos posibilidades, Pues si, así de importante es este asunto y si no lo había notado hasta ahora, eso no le exime de las consecuencias, así que lo mejor es actuar de inmediato!

Cuando haces trampa, por muy pequeña que sea esta, el único afectado serás tú… y si, seguramente ya te adelantaron que esto ayuda a acelerar el metabolismo y por eso es bueno para el plan de bajar de peso. O quizás te explicaron el mecanismo de la leptina y todo ese cuento de activar el placer y lo bueno que resulta para la dieta esos “momentos” de gloria al comer eso que tanto te has restringido… 

Esa es la razón por la cual, no comparto este asunto de engañarME o hacerME una comida trampa… es muy fácil sacar del contexto un mecanismo muy complejo de nuestro metabolismo y ponerlo al servicio de una comida trampa… uno termina tan maravillado con la explicación que termina sin entender la mitad pero completamente convencido. ¿No es así?

Pues bien, no quiero complicar esta entrada con una explicación compleja pues estaría haciendo lo mismo, si estás en un plan de alimentación con un especialista en Nutrición (no el entrenador o el asesor con dos cursos en línea) seguramente podrá explicarte en lenguaje claro y simple, cómo responde nuestro cerebro ante las comidas trampa y cómo luego manejas la culpa que esta acción te produce… ahhh eso seguro no te lo contaron, pero cada vez que hay una “trampa” y que tu mente reconoce que eso en el fondo no está bien, activa las emociones asociadas a la culpa y luego una cascada de situaciones bien complejas que te mantienen en ese circulo vicioso entre la trampa y la culpa.

Comer deber ser siempre placentero… con eso no quedan dudas… si no lo estoy disfrutando hay algo que debo ajustar, pues una buena comida debe satisfacer esa necesidad de disfrute, debe activar los sensores de placer y debe generar alegría. Si tus comidas no tienen esos ingredientes, te recomiendo hacer ajustes de inmediato! 

Dejar de hacerNOS trampa es transformar la relación que tenemos con los alimentos, para incluirlos de manera saludable y aprovechar todo su poder a nuestro favor. Comenzar a practicar la alimentación consciente por ejemplo, me ha permitido reconocer las necesidades de mi cuerpo, aceptando sus ciclos, sus momentos de altos requerimientos y esos momentos en los que aun sabiendo que es la “hora de comer” mi cuerpo aún no tiene necesidad de recargarse… saber que eso está bien, créame no tiene precio y me da un autonomía increíble, pues tengo la posibilidad de reconocerME cambiante, y eso me mantiene en un estado dinámico que aprecio mucho.

Cuando estamos realmente conectados con nuestro cuerpo y sus necesidades, puedo sentarme a comer y servir un plato con lo que realmente necesito y si no lo hice yo, puedo tener la capacidad de detenerme al momento de reconocer la sensación de saciedad y no cuando el plato esté vacío. Esto es vivir la realidad en todo su esplendor.

De acuerdo con la Psicóloga Ana Arismendi, estas comidas trampa promueven el acto de comer en exceso y en casos más severos, promueve los trastornos por atracón, así que es importante que puedas darte cuenta cómo respondes/reaccionas al estímulo del día de comer la famosa Cheat Meal. 

Otro asunto que pasa casi desapercibido con esta tendencia, es la clasificación de los alimentos en “buenos” y “malos” tema recurrente en especial entre quienes están más que obsesionados con su forma de comer. Ya le he comentado en otras entradas que no hay alimentos buenos o malos en si mismos, cada uno debe ser evaluado en el contexto de cada persona y sobre sus necesidades, estimar si debe o no excluirse de manera temporal o permanente. 

Note que por lo general las comidas trampa apuestan por esas comidas con alta densidad calórica que siempre nos recomiendan dejar de comer pero que tanto nos gustan. ¿Cómo aspiras restaurar una relación saludable con los alimentos, si pasas toda la semana esperando para comer lo prohibido? 


Pasar la semana esperando el día de comer y hacerME trampa me mantiene en piloto automático, haciendo que mi mente y mi cuerpo divaguen por caminos distintos, sin comunicarse y sin saber lo que cada parte necesita. Si como a mi, este comportamiento te resulta poco saludable… quizás esta idea de hacer comidas trampa no es para ti. 

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