No me quedan dudas del poder de
las redes sociales en estos tiempos en los que estamos viviendo. Muchos
pensaron que sería una moda pasajera, pero la verdad es que llegaron para
quedarse y modificar de manera importante la manera de hacer campañas sociales.
Desde que comencé con esta labor
educativa a través del proyecto Lonchera Segura he podido llegar a más de 5000
personas con el mensaje “Juntos sonamos más” que en redes sociales se ha
convertido en un “Hastag” para que cada persona que así lo desee, comparta
información de interés, o simplemente manifieste su solidaridad.
No estamos ni cerca de ser TT,
pero cada día hay más personas conscientes del poder de esta herramienta.
Juntos sonamos más significa hablar sin temores ni vergüenza de su régimen
especial de alimentación.
No tenemos estadísticas
oficiales, no sabemos claramente cuántas personas están sujetas a una dieta de
exclusión en nuestro país, sin embargo, algunas organizaciones como la FundaciónCelíaca, FENADIABETES y Sovenia hacen sus mayores esfuerzo por contabilizar
cuantos celíacos, diabéticos y autistas respectivamente hacen vida en nuestro
país, pero quedan otros como los alérgicos alimentarios y pacientes con errores
innatos del metabolismo que aún no tienen organización formal que los agrupe y
levante su voz por sus necesidades.
Sin embargo, si hay familias que viven día a día con una dieta de
exclusión muy costosa y muy difícil de manejar y poco a poco han comprendido el
valor del dicho que reza “En la unión está la fuerza”.
Este sábado 20 de octubre nos
reunimos en el marco del taller Koikolonchera, una actividad que hacemos para
orientar a las familiar de niños en edad escolar para preparar meriendas
saludables y aptas a su condición. En esta oportunidad agrupamos celíacos,
alérgicos, transplantados y autistas que comparten día a día con personas que
como usted. El común denominador fue lo difícil que resultó llegar al
diagnóstico y las dificultades para mantener la dieta (única manera de
mantenerse saludable).
En un grupo conformado
principalmente por madres, también nos acompañaros maestros y hasta abuelos,
“ocupados” por mejorar la calidad de vida de estos pequeños que inician su vida
escolar en instituciones que desconocen completamente el manejo de las
condiciones, haciendo mucho más complicado el manejo de la condición. Uno de
los relatos que recuerdo con mayor inquietud fue el relatado por una
participante que nos contó que su hija (alérgica a los lácteos) se comió un
tequeño de una compañerita y la maestra aún cuando sabía de la condición no se
lo quitó porque de dio “´lástima”. Relatos como este se repiten a diario,
incluso en casa con familiares cercanos, quienes por desconocimiento le
“permiten” al niño consumir los alimentos “prohibidos”
A medida que más y más personas
conozcan de las condiciones que ameritan régimen especial de alimentación, será
posible movilizar la maquinaria de las instituciones gubernamentales, empresas
y especialistas.
Únete, apoya y habla de tu
condición, para que con mucho respeto ganemos un espacio en la sociedad!!!
Hola Mariangel
ResponderEliminarEstuve en el taller el sábado y lo recomiendo ampliamente, excelente el intercambio de experiencias y consejos, gracias por la oportunidad!
Queria hacerte una consulta: sabes si el pan cuadrado Bimbo es apto para alergicos a la leche?
Gracias, saludos
Patricia