Halloween para TODOS


Dicen que lo único constante es el cambio, así que en los últimos años he podido presenciar cómo costumbres tan arraigadas en algunos países como la fiesta del Halloween, ha necesitado algunos "retoques" para adaptarse a los tiempos y necesidades de sus principales protagonistas: niños, niñas y adolescentes. La pandemia de obesidad infantil, el aumento de enfermedades crónicas y el aumento de los diagnósticos de alergias e intolerancias alimentarias ha generado toda una corriente de alternativas orientadas a mejorar la experiencia de aquellos que de manera permanente, deben prescindir de ciertos alimentos que paradójicamente abundan durante la noche de brujas. 


Para las familias con alergias e intolerancias alimentarias, la noche de brujas es literalmente una noche de terror, pues los chicos se exponen a una cantidad de productos que no deben comer y a la mayor pesadilla: la desinformación de los adultos a la hora de compartir las golosinas cuando tocan a su puerta. No esperamos que los chicos estén explicando su condición a cada adulto que les recibe, sin embargo, el no hacerlo, los pone en un riesgo inmenso que muchas veces estropea la diversión.

Otro aspecto inquietante de esta tradición de compartir golosinas, es el aumento indiscriminado de niños con enfermedades crónicas como Diabetes e Hipertensión Arterial, así como una casi indetenible ola de malnutrición que está mermando la calidad de vida de miles de familias por las terribles consecuencias que conllevan hábitos de alimentación malsanos y el incesante sedentarismo en el que viven los niños hoy en día.

Sea cual sea la causa, la verdad es que hay una tendencia a cambiar la costumbre de regalar caramelos y otras golosinas y para evitar ser la "bruja mala" de la temporada, es importante que este cambio sea progresivo, no formado y por sobretodo, consensuado con los participantes, entre ellos todos los adultos influenciadores, para que sea un trabajo en equipo de gran impacto.

No todos comparten esta inquietud por la gran cantidad de golosinas y el "azúcar" que se comparten en estos días, así que con mucho respeto, plantea tu inquietud en el colegio, la comunidad y entre los familiares y negocia un salida que satisfaga ambas partes. Ten en cuenta que muchas de estas solicitudes vienen de familias con alergias e intolerancias, para lo cual "un poquito" si hace daño! así que practiquemos la flexibilidad con el otro.

Algunos padres sugieren llegar a acuerdos con los niños luego de la recolección de dulces, esto podría ser una alternativa que funcione siempre que los límites sean bien establecidos por el adulto, quien tiene más consciencia de los efectos que estos productos pueden llegar a generar. Si considera apropiada la negociación, bienvenido!

Otra alternativa que me ha gustado mucho, es la oleada de recetas saludables a base de frutas y vegetales, decoradas en sintonía con la ocasión. Así que los bananafantasmas, el esqueleto de ensalada, las calabazas con pimentón y un sin número de recetas a base de calabaza (auyama, pumpkin) han cobrado un protagonismo único, que cada año gana más y más fanáticos. Aquí lo que hace falta es ponerse creativos y dar rienda suelta a la imaginación!

Otra costumbre que conocí recientemente es The Switch Witch, una brujita muy simpática que cambia los dulces por un obsequio la noche de Halloween. Otros utilizan una metodología similar evocando a un hada "The candy Fairy" o una gran calabaza. En cualquiera de los casos, la idea es que los dulces se cambian por algún obsequio, lo que supone que debe prepararse con antelación. 

En todos estos casos, que me recuerdan a una clásica tradición decembrina, creo que el valor más importante es que los chicos comprendan que el consumo excesivo de dulces no es una buena idea. Ellos necesitan aprender el significado del balance, el equilibrio y sobretodo, necesitan aprender a tomar decisiones.

Otra adorable iniciativa que conseguí navegando por las redes está impulsada por FARE (Food Allergy Research & Education) y recibe el nombre de el Proyecto de la Calabaza Aguamarina o Teal Pumpkin Project® , una propuesta para sensibilizar a la población sobre las alergias alimentarias y promoción de la inclusión de todos los chicos durante la temporada de Halloween.

La propuesta es sencilla pero muy poderosa y poco a poco está ganando seguidores en todo el mundo, especialmente en aquellos donde la noche de brujas puede ser realmente una pesadilla para los padres con niños alérgicos a uno o varios alimentos o ingredientes. El Teal Pumpkin Project® es una idea original de Becky Basalone, madre de un niño cuyas graves alergias alimentarias hicieron que cada noche de Halloween se convirtiera literalmente en una noche de terror donde las pesadillas más espantosas se hacían realidad.

La idea consiste en colocar una calabaza de color aguamarina (teal en ingles) en la puerta de cada casa, como una señal que le indica a los chicos que tienen disponibles obsequios que no son comida, como palitos de luces o juguetes pequeños.

Este acto simple promueve la inclusión de los chicos con alergias a los alimentos y otras condiciones.

Como pude constatar en el sitio web del proyecto, la iniciativa se ha extrapolado a las escuelas y oficinas, de manera que en todos los espacios no sólo se incluyan a las personas diagnosticadas con alergias alimentarias, sino también a otras condiciones que requieren atención como las intolerancias alimentarias y la diabetes.

En estos tiempos tan cambiantes, nos toca apagar el piloto automático y ajustar las velas, estar más conscientes de nuestro entorno y de su impacto en nuestras vidas. Hasta la próxima!


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